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domingo, 27 de enero de 2008

Carnaval Trinacrio

Y aquí estamos, un día más en los sueños viajeros. Hoy tomo mi recuerdo desde un avión que rumbo al este me deja en tierras españolas años ha. Destino: Sicilia.

Parece mentira y va a hacer un año de mi estancia. Y todo recordado al son de las comparsas que ya hacen su aparición en los informativos televisivos. Madre mía que sorpresa más grande con esta tierra. Nombres como Catania, Siracusa, Notto, Etna, Taormina o Acireale quedarán ya sin lugar a duda grabados en mi memoria y en mi corazón.

Un lugar lejano que sin ser nuestro no es italiano. Qué bien se come! Audrey, y no solo pizza y pasta. Que huerta más rica y que variada la carta de sus restaurantes. Junto con Portugal donde mejor he comido y más parecido a nuestra dieta mediterránea.

Caótico y sucio, pero efervescente de historia y simpatía. Es un lugar en que hasta la Madre Tierra no duda en explosionar para mirar de primera mano qué hacemos sobre ella.

Griegos, Romanos, Cartagineses, Fenicios, Españoles todos hemos pasado por allí, no nos hemos podido resistir a conquistar la tierra prometida, la tierra del sol, el fuego, la tierra y el agua y todo en un triángulo, reflejado en su emblema la Trinacria.

Taormina es un bello pueblecito cercano al Etna, cuna de Garibaldi, que posee un teatro griego abierto al volcán, siempre humeante y siempre avisando que pronta será su visita, y al mar que transmite tal belleza que se pasan las horas estasiado sin darte ni cuenta. Posee una repostería de mazapán que imita frutas y vegetales hasta el punto que acabas dudando si no será una frutería donde has entrado.

Un poco s al norte de Catania existe un pueblecito desconocido que tiene "il piu bel carnavale di Sicilia". Qué derroche de imaginación y ganas de fiesta. Nadie es extraño en la fiesta, todos somos de Acireale. Te juegas la vida en la carretera de subida a él, pero si sobrevives merece la pena el desfile de carrozas móviles -muy parecidas a nuestras fallas, pero con ruedas.

El propio Etna que incluso semidormido y envuelto en la niebla y lluvia torrencial que tuve en su visita no dejaba sino de dejarte sin respiración ante la fuerza devastadora de su magma. Carretera serpenteante construida una y otra vez sobre el lecho que reconfigura su paisaje, que aporta un inmenso material de construcción y abono a los pueblos circundantes, pero que en ocasiones destruye todo aquel atisbo de prepotencia humana que vanamente intenta ser más que aquella que lo engendró y si del polvo nacen nuestras obras, a la ceniza las devuelve con inexorable crueldad.

Marchando al sur y dejando atrás Siracusa, nos encontramos con Notto. Qué sorpresón y delicia de lugar. En plena restauración -falta le hacía-, se presenta como una pequeña villa de pasado ilustre con gran presencia eclesiástica. Con construcciones en piedra rosada que al atardecer hace palidecer al propio sol. Para localizarle la pista al lugar mencionar que ponen una calle llena de flores y sale todos los años en todos los telediarios. Y sus balcones, inmensas ménsulas de piedra de perfecto tallado y todas distintas. Si bien Siracusa ya hace ver tal esplendor arquitectónico, creo sin duda al equívoco que es en Notto dónde más espectacularidad y variedad pude observar.

Al fin mencionaré a Siracusa. Antiguo puerto y gran enclave de la antigüedad, cuenta con un museo que abarca desde la prehistoria hasta la civilización griega y romana. Un compendio de arte griego que no tiene comparación ni en la propia Grecia, además de un museo del papiro, fortaleza costera en la península de la época imperial española, gran teatro griego abierto al mar así como un anfiteatro romano. Ciudad que albergó entre sus paredes a hombres ilustres, que además de mi persona, llevan por nombres unos tan conocidos como Arquímedes o el mismísimo Platón. Mito y cultura grecolatina por los cuatro costados. Huella de su pasado español en edificios nobles. Restaurantes costeros con exquisito marisco y un Carrefour que quita el hipo. Dios mio, ¡Qué limones!, grandes como melones y dulces como las naranjas. Unos bolos de arroz con carne y una sensación de caótica libertad que permite hallar pequeños rincones donde tomar un tentempié se transforma en placer de sosiego. Y lleno de gatos!! Y con esto acabaron 5 días de descanso. Con esto y una huelga de controladores aéreos en Roma que retrasaron la vuelta desde Catania en más de 8 horas con transbordo en Milán hasta llegar a Barajas. Huelga que gracias al "parecido" idioma que nos une tuvimos que utilizar el Inglés para hacernos entender.

Memorias del recuerdo

Lo bueno y lo malo de la mente humana son los recuerdos.

Cuando la vida te impulsa a seguir adelante, cueste lo que te cueste, tu inevitable compañera es la memoria.
Memorias de experiencias marcadas a fuego.
Recuerdos de tu vida en sensaciones.
Reacciones del pasado que se hacen presente.
La lógica de lo vivido es traído, con frecuencia erróneamente, para resolver el presente, o plantear un futuro por explorar. Siempre la experiencia es un grado y el zorro viejo tiene mucho camino andado y muy curtido su pellejo.
Pero eso solo te es válido, y no siempre, cuando de mundanas cuestiones se trata.
Cuando los sentimientos son los que mandan, los recuerdos, las memorias del pasado son solo equipaje que sobra.
La vida, trasiego de moradas, acervo de recuerdos ...
El paso del tiempo, arañar la felicidad, poner los cimientos en tierra firme, confiar en Dios, amar y anteponer la familia a todo, limpiar la memoria y aceptar los recuerdos es el mejor modo de pasar las moradas.
Poner al día el almacén de memorias del recuerdo, sin eliminar nada de lo vivido, pero colocando cada cosa en su sitio, es una tarea obligada para que la vida no sea un continuo pasarlas moradas.