Parece que los comentarios públicos no son del agrado de muchos. Por eso y por más razones, que no vienen al caso, aquí os dejo una cuenta de correo en la que podeis decir lo que os venga en gana.

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viernes, 28 de diciembre de 2007

Navidad dulce placebo de luminarias. ¿Os ha nacido Dios?

Bienvenidos al mundo de la tontería. Alguien me puede explicar ¿porqué la gente se vuelve tan hortera y ridículamente exhibicionista con las lucernarias navideñas?
Madre mía!, que hartazgo luminoso tengo que soportar camino a mi casa todos los días. ¿Iberdrola está de oferta este mes? Y a cada cual más estrambótico. Alguien les habrá dicho que les queda bonito, porqué de forma exponencial cada año se genera una inmensa marea lumínica mayor que el anterior.
Qué maldad encierra el cine americano-navideño en su interior y que gran hedonismo expira nuestra sociedad del bienestar.
Si en América del Norte son así de fantoches, que lo sean, es su cultura y sus gustos "sajones". Cuando una sociedad no tiene historia o se la inventan o la compran y exponen en sus museos-coleccionistas. Pero nosotros, por Dios!, nos aburrimos de historia.
No necesitamos a un payaso gordo y barbudo con la nariz roja de borrachín salidorro de bareto cutre de barriada marginal y que va vestido con un pijama de peluche que no lo usan ni los niños al cumplir los 3 años. Y montado en un trineo que parece la trona o la cuna de chuki. Y con unos venados que vuelan. Y uno se llama Rudolph, Joder! vaya cuelgue.
Y sus regalos los deja en un calcetín y entorno al árbol de navidad. Pobre árbol, que si es natural se secará antes de 15 días, y si es de plástico hay que comprarlo cada año porque no aguanta vivo de un año para otro si es que encuentras en donde lo guardaste el año anterior. Y para ponerlo, si hay que desmontar media casa para extender ese mamotreto. Que gusto por renunciar a nuestra tradición navideña. Al menos tiene una lógica mayor que un viejo humano rodeado de una legión de elfos en el polo norte que se gustan en regalar porque sí. Otra cosa es la tradición de la Europa central con San Nicolás. Pero el cocacolo cervecero americano no lo trago.
Lo siento por ir contra la mitad del mundo, pero yo solo acepto a los magos de oriente. Me da lo mismo si los quieren entronizar y dar nombre (los relatos no hablan de reyes ni de magos -sabios-, ni les da nombres, ni razas), para mi es algo que trasciende el alma humana.
Es el demostrar a los seres queridos que les tienes en cuenta y les agasajas con tu oro, incienso y mirra. Es un reunirse bajo un mismo techo los apreciados y compartir comida, recuerdos, regalos y sentimientos de respeto y mucho amor.
Probablemente es para mi una fiesta más importante que la propia natividad que se celebra el 25 de diciembre.
Sin duda la llegada del niño es la encarnación de la Palabra, pero la epifanía es el descubrimiento que hace el hombre de "el niño-Dios". De qué vale su llegada si el hombre no la asume.
Es la representación del camino del creyente. Toda una vida en la oscura noche del deambular por este mundo con la dicha de seguir una luz que si a veces perdemos siempre está ahí y que al final de nuestro camino logramos hallarnos en su morada ante Él y postrados le enseñamos los frutos de nuestra vida y se los entregamos porque suyos son.
Es la representación del antes y después del encuentro con Cristo. Vinieron de noche tras su luz y después de verle marcharon de día por otro camino a sus casas. La Catarsis del encuentro con el Creador, la Trasverberación de la asimilación de la Fe.
Entenderéis que un señor creado por el libremercantilismo de la sociedad capitalista de mediados del siglo XX, no me diga nada frente a una vivencia que tiene casi 2000 años de historia y que siento en lo más profundo de mi ser como propia.
Por cierto los reyes son blanco y anciano por Europa, rojizo y joven por Asia y negro por África. Vamos que eran los continentes conocidos por aquellos tiempos. Los evangelios apócrifos y la tradición belenística han desconfigurado un poco el tema, pero como soy un admirador de los belenes como movimiento artístico nada pongo en contra.
Feliz encuentro con Dios. Feliz Epifanía de nuestro Señor.

jueves, 27 de diciembre de 2007

El yuyu del causón

Vaya que sí. Como odio este mundo estúpido que nos hemos empeñado en vivir.
Como añoro la vida de antes. Jesús!, ahora todo es a la carrera. Viva los ordenadores! -recuerdo que cuando se empezó a ver ordenadores en algunas casas y empresas, allá por los 80, se decía de ellos que nos iban a facilitar el trabajo ...-, Coño! que bien se callaron lo de que nos lo iban a duplicar.
Que mal llevo esto del fin de año. Todo tiene que estar hecho y maquillado. Todo el año dando largas a los problemas y ahora entre comidas salvajes -en tamaño y especies-, y champán barato a rematar todo. Arghhhhh!
Y el "jefe", madre mía, es como en las películas de policías: parece que siempre asciende el más inoperante. No tiene ni idea de lo que se trae entre manos él y menos de lo que hago yo, pero tranquilo que siempre opina y sobre todo no falta comentario al uso: "y esto no debías haberlo terminado la semana pasada", sí hombre sí, claro que llevo una semana y más que estaré sino te callas y te quitas de enmedio.
Y la agenda. ¿Para qué quiero yo una agenda? Apunta todo y espera al día de la fecha y bla, bla, bla. Mentira!. Nunca se hace lo que tienes apuntado, reapuntas hasta que lo dejas de hacer porque te lo sabes de memoria el recordatorio y los imprevistos que cada vez son más previsibles, al menos en su origen: el "jefe" y como haya dormido, que tienen más urgencia que lo importante.
Dios mío!, que lejos están las vacaciones de verano. Menos mal que están los fines de semana.
Eso cuando no te empeñas en hacer todo lo que entre semana no has podido hacer de: la casa y los hobbies y el deporte y la familia, y la compra del mes (que se hace cada semana???), y los amiguetes.
Uffff, que miedo me da pensar en lo que me queda por hacer. Menos mal que a la parienta ya la certifique de vuelta con su padre. Mi "jefe" y mi conciencia son suficientes para mortificar mi existir.
Pues resumiendo, que acabaré sufriendo las enfermedades de moda del mundo de hoy: trastorno depresivo por "estrés", cólon irritable por la ansiedad, infarto por el colesterol, cáncer por el tabaco, alzehimer por la agenda y la calculadora, cataratas por el ordenador, o quién sabe incluso las padeceré todas a la vez.
De momento me asustaré con los análisis clínicos que me dan mañana y rezaré para no pasar otra semana de julio en cama por lo que mi abuela (+) daba en llamar "un causón" y que no es más que un simple agotamiento.
Pues eso, que si el año pasado fue tranquilo y me dio el mal, tal y como llevo éste sufro de yuyu al causón.

Un folio en blanco Vs. La necesidad de escribir

Realmente da su cosa plantearse escribir algo. Y más cuando nunca sabes quien puede estar leyendo. Encima se supone que debo presentar que pretendo conseguir con esto. La verdad es que no se qué quiero, ni pretendo nada. Simplemente siento necesidad de escribir. Sacar fuera todo aquello que me plazca expresar. No tengo reglas, ni las quiero. Todo es posible. Si la mente humana lo ha pensado, aquí tiene su cabida. Es algo por el estilo a hablar de las pasiones, preocupaciones o alegrías del día a día. Unas épocas serán mejores, otras al contrario darán pena. En unas ocasiones se aprenderá, en otras sin embargo simplemente se disfrutará, e incluso -porque no- espero que en pocas se llorará. Es un punto de exhibicionismo. Un gustarse en hablar. No espero ser el más visitado, incluso no pienso hacerle una presentación pública. Lo mismo nadie lo leerá. Pero me da lo mismo. No busco eso. Simplemente tengo necesidad de escribir. A veces serán ideas ordenadas, puede que de vez en vez sean ráfagas lúcidas salpicadas de amarga desorientación. Es llenar la blancura de un folio de mi futuro, con el colorido de la esperanza de la necesidad de vivir. Sed bienvenidos y que mi mundo os llene. Aunque sea solo el rato que lo leeis.

Memorias del recuerdo

Lo bueno y lo malo de la mente humana son los recuerdos.

Cuando la vida te impulsa a seguir adelante, cueste lo que te cueste, tu inevitable compañera es la memoria.
Memorias de experiencias marcadas a fuego.
Recuerdos de tu vida en sensaciones.
Reacciones del pasado que se hacen presente.
La lógica de lo vivido es traído, con frecuencia erróneamente, para resolver el presente, o plantear un futuro por explorar. Siempre la experiencia es un grado y el zorro viejo tiene mucho camino andado y muy curtido su pellejo.
Pero eso solo te es válido, y no siempre, cuando de mundanas cuestiones se trata.
Cuando los sentimientos son los que mandan, los recuerdos, las memorias del pasado son solo equipaje que sobra.
La vida, trasiego de moradas, acervo de recuerdos ...
El paso del tiempo, arañar la felicidad, poner los cimientos en tierra firme, confiar en Dios, amar y anteponer la familia a todo, limpiar la memoria y aceptar los recuerdos es el mejor modo de pasar las moradas.
Poner al día el almacén de memorias del recuerdo, sin eliminar nada de lo vivido, pero colocando cada cosa en su sitio, es una tarea obligada para que la vida no sea un continuo pasarlas moradas.