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martes, 2 de septiembre de 2008

Don Juan. Principe de España y Señor de Salamanca

Poemas a la muerte, esbozan la Tragedia trovada a la dolorosa muerte del príncipe don Juan (1497),en cien coplas de arte mayor para consuelo de sus padres.
Obra de Juan de Fermoselle, conocido como Juan del Encina (1468-1529), nació cerca de Salamanca, donde estudió Derecho y se ordenó de menores. Adopta el nombre "del Encina" desde 1490, como capellán de coro. (Poesía medieval de Cancionero).
El 4 de octubre de 1497, pese a los denodados esfuerzos del famoso doctor Gonzalo de la Parra, fallece en Salamanca el príncipe Juan, hijo de los Reyes Católicos, cuando contaba 19 años. El día 3 de abril del mismo año, en Burgos, había contraído nupcias con Margarita de Austria. Según Villar y Macías, en su Historia de Salamanca, en los funerales por el príncipe se vistió por última vez en Castilla la jerga blanca como señal de luto. "De Burgos partió ese rey, de Burgos pa' Salamanca, y en mitad de aquel camino del cielo cayó una carta. -Tomadla, mis caballeros. tomadla bien y notadla. -Para vos, mi señor rey, para vos era mandada. Malo y estaba ese rey, ese rey de Salamanca, malo está de calentura, que otro mal no se le añada. Ya mandan por los doctores. doctores de toda España, todos dicen a una boca: -mi señor no tiene nada. Si non era el más chiquito, que Sebastián se llamaba, de rodillas en el suelo. el pulso le demandara: -Perdón, perdón, mi señor rey, por estas tristes palabras tres horas tiene de vida, la una y media ya es pasada. Ellos en estas palabras. su madre por ahí entrara: -Dónde estabas tú, mi madre, mi madre, la desdichada? -Rogando iba a Dios del cielo que troque alma por alma. -Tarde recordatis madre la setencia ya está dada, tres horas tiene de vida, la una y media ya es pasada. Ellos en estas palabras, su esposa por ahí entrara, un velo negro en la cara y una soga en la garganta. Y a todo esto, señores, la infanta queda preñada: si la infanta pare niño, rey será de toda España, si la infanta pare niña, reina es de Salamanca."

Memorias del recuerdo

Lo bueno y lo malo de la mente humana son los recuerdos.

Cuando la vida te impulsa a seguir adelante, cueste lo que te cueste, tu inevitable compañera es la memoria.
Memorias de experiencias marcadas a fuego.
Recuerdos de tu vida en sensaciones.
Reacciones del pasado que se hacen presente.
La lógica de lo vivido es traído, con frecuencia erróneamente, para resolver el presente, o plantear un futuro por explorar. Siempre la experiencia es un grado y el zorro viejo tiene mucho camino andado y muy curtido su pellejo.
Pero eso solo te es válido, y no siempre, cuando de mundanas cuestiones se trata.
Cuando los sentimientos son los que mandan, los recuerdos, las memorias del pasado son solo equipaje que sobra.
La vida, trasiego de moradas, acervo de recuerdos ...
El paso del tiempo, arañar la felicidad, poner los cimientos en tierra firme, confiar en Dios, amar y anteponer la familia a todo, limpiar la memoria y aceptar los recuerdos es el mejor modo de pasar las moradas.
Poner al día el almacén de memorias del recuerdo, sin eliminar nada de lo vivido, pero colocando cada cosa en su sitio, es una tarea obligada para que la vida no sea un continuo pasarlas moradas.