Parece que los comentarios públicos no son del agrado de muchos. Por eso y por más razones, que no vienen al caso, aquí os dejo una cuenta de correo en la que podeis decir lo que os venga en gana.

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jueves, 22 de mayo de 2008

Crema pastelera

Hoy tengo un día tonto. Me apetecería hablar de los compañeros que trabajando lo justo, consiguen el máximo. Mientras que otros haciendo hasta lo que no tendrían porqué, solo escuchan reproches. Me apetecería contar el porqué algunos te dejan de hablar por la simple razón de tener la obligación de decirles que por ahí no pueden ir y te hacen culpable hasta de la muerte de Manolete. Me apetecería hacer sin necesidad de tener que decir lo que hago y así no perder el tiempo en justificarme y así sacar más tiempo para dar más de sí. Me apetecería que la gente entendiera lo que dices y no justamente lo contrario a lo que he dicho. Me apetecería entender cómo es eso de hacer la rosca y conseguir éxitos sin apenas mover el bigote. Y como en definitiva soy cómo soy y a estas alturas no voy a cambiar y por mucho que lo intente no entiendo de componendas, ni de hacer la rosca, pues seguiré dándome de cabeza contra con quien no debo y ganando enemigos allá donde no debo tenerlos. Pero por si acaso sirve de algo, voy a hacer algo parecido a todo lo dicho y me pongo manos a la obra con mi crema pastelera. Ingredientes: 75 g de harina, 4 yemas de huevo, 150 g de azúcar, 1 l de leche, 2 huevos y un toque de vainilla , canela y ralladura de limón. Modo de hacer: Ponemos la leche con la esencia -vainilla, canela y ralladura-, a hervir. Mientras en un bol aparte batimos los huevos, azúcar y harina con un poco de leche (fría). Según mezclamos vamos a añadirle un poco de la leche ya hervida y mezclamos hasta conseguir una mezcla homogénea. Una vez así lo añadimos a la cazuela y a fuego lento (sin hervir), removemos hasta que espese. Seguramente con este plan no consiga nada de mis intenciones, pero las penas con pan son menos penas y ¿a quien le amarga un dulce?. Que aproveche la crema (la receta es real), y que los trepas y envidiosos-ambiciosos se muerdan la lengua, que con lo que escupen por la boca algún día acabaran envenenándose a sí mismos.

Memorias del recuerdo

Lo bueno y lo malo de la mente humana son los recuerdos.

Cuando la vida te impulsa a seguir adelante, cueste lo que te cueste, tu inevitable compañera es la memoria.
Memorias de experiencias marcadas a fuego.
Recuerdos de tu vida en sensaciones.
Reacciones del pasado que se hacen presente.
La lógica de lo vivido es traído, con frecuencia erróneamente, para resolver el presente, o plantear un futuro por explorar. Siempre la experiencia es un grado y el zorro viejo tiene mucho camino andado y muy curtido su pellejo.
Pero eso solo te es válido, y no siempre, cuando de mundanas cuestiones se trata.
Cuando los sentimientos son los que mandan, los recuerdos, las memorias del pasado son solo equipaje que sobra.
La vida, trasiego de moradas, acervo de recuerdos ...
El paso del tiempo, arañar la felicidad, poner los cimientos en tierra firme, confiar en Dios, amar y anteponer la familia a todo, limpiar la memoria y aceptar los recuerdos es el mejor modo de pasar las moradas.
Poner al día el almacén de memorias del recuerdo, sin eliminar nada de lo vivido, pero colocando cada cosa en su sitio, es una tarea obligada para que la vida no sea un continuo pasarlas moradas.