Parece que los comentarios públicos no son del agrado de muchos. Por eso y por más razones, que no vienen al caso, aquí os dejo una cuenta de correo en la que podeis decir lo que os venga en gana.

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miércoles, 8 de octubre de 2008

La madre que me parió

Madre solo hay una y ...
Qué gran verdad. Desde hace unos días tengo a mi amada madre en el hospital.
Qué gran susto y qué gran pena verla falta de su sonrisa, falta de su color sonrosado, falta de su coqueteada forma de existir.
Casi sin fuerzas y con muy poquitas ganas de nada, nunca le ha faltado ánimo para seguir transmitiendo ese amor que nos tiene a toda la familia.
Madre mía, como te quiero y como necesito tu acompañamiento. Lágrimas desesperadas a los pies de tu cruz. Lamento histriónico del miedo.
Cuatro sustos, y una gran alegría. Casi de cine ha sido la historia. No le ha faltado de nada: Trama argumentada, suspense, fotografía, vestuario, actores principales y secundarios, una amplia figuración y un final abierto lleno de esperanzas.
El calor de tu corazón y tu mano tendida buscando la mía en las amargas y largas noches de vigilia. Recuerdos ya, que nadie me quitará.
Pronto solo será una aventura más en tu largo existir y una fiesta loca lo celebrará.
Qué grande eres madre!!
Ahora ya sé porque no tengo suerte en la vida, me la gasté toda el día en que fui engendrado en tu ser. No tengo la menor duda de que lo mejor de mi, eres tu.
Viva la madre que me parió!!

Memorias del recuerdo

Lo bueno y lo malo de la mente humana son los recuerdos.

Cuando la vida te impulsa a seguir adelante, cueste lo que te cueste, tu inevitable compañera es la memoria.
Memorias de experiencias marcadas a fuego.
Recuerdos de tu vida en sensaciones.
Reacciones del pasado que se hacen presente.
La lógica de lo vivido es traído, con frecuencia erróneamente, para resolver el presente, o plantear un futuro por explorar. Siempre la experiencia es un grado y el zorro viejo tiene mucho camino andado y muy curtido su pellejo.
Pero eso solo te es válido, y no siempre, cuando de mundanas cuestiones se trata.
Cuando los sentimientos son los que mandan, los recuerdos, las memorias del pasado son solo equipaje que sobra.
La vida, trasiego de moradas, acervo de recuerdos ...
El paso del tiempo, arañar la felicidad, poner los cimientos en tierra firme, confiar en Dios, amar y anteponer la familia a todo, limpiar la memoria y aceptar los recuerdos es el mejor modo de pasar las moradas.
Poner al día el almacén de memorias del recuerdo, sin eliminar nada de lo vivido, pero colocando cada cosa en su sitio, es una tarea obligada para que la vida no sea un continuo pasarlas moradas.